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Los síntomas del ictus cerebral y cómo detectarlo a tiempo

Reaccionar a tiempo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, o entre tener más o menos secuelas físicas tras un ictus o embolia. Te contamos qué hacer ante la mínima sospecha para que todo quede en un susto.

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Mamen Lorenzo

Directora de Estrategia Digital

Actualizado a

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Detectar un ictus a tiempo

Conocido también como accidente cerebrovascular, se produce cuando la sangre no llega al cerebro debido a la obstrucción de una arteria por un trombo o a la rotura de un vaso sanguíneo. Los síntomas comienzan a aparecer unos 10 segundos después de que se altere el riego sanguíneo del cerebro. Existen tres síntomas principales que debes conocer para identificarlo.

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Síntoma 1: ¿Eres capaz de sonreír?

La pérdida de sensibilidad en uno de los dos lados de la cara es uno de los síntomas más frecuentes. Esto provoca que, al intentar sonreír, la parte derecha o la izquierda de la boca no se mueva. Este síntoma suele acompañarse de otras molestias, como una sensación repentina de hormigueo en el rostro, el brazo o la pierna del lado afectado.

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Síntoma 2: ¿Puedes repetir una frase?

La interrupción del flujo sanguíneo que llega al cerebro puede causar que el afectado tenga dificultades para expresarse (le cuesta articular las palabras o lo que dice no tiene sentido). Si crees que alguien está padeciendo un ictus pídele que repita una frase sencilla, como por ejemplo “Hoy es martes”. También puede ser que no comprenda lo que se le dice.

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Síntoma 3: ¿Levantas bien los brazos?

Esta prueba tiene relación con la falta de fuerza y sensibilidad que el trastorno provoca en uno de los lados del cuerpo. Si al intentar levantar los brazos es imposible hacerlo o uno de los dos cae desplomado, es un síntoma claro de un posible accidente cerebrovascular.

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Hay más síntomas que avisan

Cuando se altera el flujo sanguíneo en el cerebro también pueden aparecer otros síntomas, aunque a veces son difíciles de identificar o de relacionar con el infarto cerebral, porque pueden confundirse con otras dolencias como la migraña. Conocerlos te ayudará a reaccionar rápidamente.

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Alteración de la visión

Es posible que la persona afectada vea borroso, doble o que incluso pueda perder la visión de uno o de los dos ojos durante unos momentos. Este síntoma puede deberse también a otras causas, como por ejemplo una migraña con aura. En todo caso, si se pierde visión (de un ojo o de los dos), aunque sea de manera temporal, hay que acudir a Urgencias lo antes posible.

 

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Dolor de cabeza repentino

Al no recibir sangre ni oxígeno, el cerebro puede quejarse con la aparición de una cefalea intensa sin ninguna causa aparente. Hay que pedir ayuda si el dolor es muy intenso, se tiene dificultad para mover una parte del cuerpo, náuseas, vómitos o somnolencia. 

Descubre aquí cómo son los diferentes tipos de dolores de cabeza.

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Desequilibrio y mareo

Es habitual que, cuando se sufre un accidente cerebrovascular, el afectado se desequilibre con facilidad o tenga dificultades para caminar, al perder la fuerza de uno de los dos lados del cuerpo.

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Problemas de oído, olfato, gusto

El ictus también puede provocar que otros sentidos como el olfato, el gusto o el oído queden temporalmente afectados. En el caso del tacto, puede sentirse un cierto hormigueo.

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De pronto, falla la memoria

Una pérdida repentina de memoria también debe ponerte en guardia. Este tipo de amnesia no tiene nada que ver con las pérdidas de memoria que se producen con la edad sino que generalmente irá acompañada de una sensación general de gran confusión mental.

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Problemas de coordinación

Cuando se produce el infarto, se da una dificultad para coordinar movimientos. Así, por ejemplo, cuesta mantenerse erguido, se pierde el equilibrio con facilidad y se tiene una sensación de mareo, vértigo o problemas para andar.

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Debilidad muscular

Se siente debilidad y falta de fuerza en un brazo o pierna. Es muy probable que sea en el brazo y la pierna de un mismo lado del cuerpo a la vez. Esta sensación puede acompañarse de entumecimiento, hormigueo y menos sensibilidad. Esto también puede afectar a la cara. En este caso se nota la cara acartonada. No hay que confundirlo con el hormigueo que se siente cuando se nos duerme un brazo o una pierna tras un rato en una mala postura.

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Al hospital no se va, te llevan

Es fundamental que cuando se noten los primeros síntomas, como paralización de un lado de la cara, debilidad en una parte del cuerpo o problemas de habla, se llame sin perder tiempo al 112 y se describan los síntomas. De esta manera se activará el ‘Código Ictus’ y un equipo sanitario trasladará al enfermo a una unidad especializada en ictus en un tiempo récord, lo que es clave para la supervivencia. Este procedimiento es mucho más efectivo que acudir a urgencias por nuestro propio pie.

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Mientras llega la ambulancia

Acomoda al enfermo, aflójale la ropa y deja espacio a su alrededor para que respire bien. Procura que esté tumbado de lado, con la cabeza ligeramente levantada para evitar un ahogamiento si hay vómitos. Si no hay nadie que pueda estar con el enfermo, lo mejor es que primero lo acomodes y luego llames al 112. No le des líquidos ni alimentos para evitar atragantamientos.

En el tiempo en el que leas este post se habrán producido entre uno y dos ictus en España. Se calcula que cada 14 minutos se da uno.

Qué es un ictus

También conocido como infarto, embolia o hemorragia cerebral, el ictus es uno de los trastornos agudos más temidos. Equivale a un ataque al corazón pero en el cerebro, y se produce cuando no llega suficiente sangre a la cabeza debido a la obstrucción de una arteria o a la rotura de un vaso sanguíneo.

El ictus, en España. El ictus es la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres, por delante del cáncer de mama), la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año 110.000-120.000 personas sufren un ictus en nuestro país, de las cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen. Concretamente, más de 16.000 mujeres mueren al año por un ictus cerebral. Actualmente más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un ictus. El 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo y un estilo de vida saludable.

8 síntomas para identificar un ictus

Los síntomas de que se presenta un ictus o embolia comienzan a aparecer unos 10 segundos después de que se altere el riego sanguíneo del cerebro. Aunque a veces son difíciles de identificar o de relacionar con el infarto cerebral, porque pueden confundirse con otras dolencias como la migraña, conocerlos nos ayudará a reaccionar rápidamente.

  1. Debilidad muscular. Se siente debilidad y falta de fuerza en un brazo o pierna. Es muy probable que sea en el brazo y la pierna de un mismo lado del cuerpo a la vez. Esta sensación puede acompañarse de entumecimiento, hormigueo y menos sensibilidad. Esto también puede afectar a la cara. En este caso, se nota la cara acartonada. No hay que confundirlo con el hormigueo que se siente cuando se nos duerme un brazo o una pierna tras un rato en una mala postura.
  2. Pérdida de visión repentina. Es posible que la persona afectada vea borroso, doble o que incluso pueda perder la visión de uno o de los dos ojos durante unos momentos. Este síntoma puede deberse también a otras causas, como por ejemplo una migraña con aura. En todo caso, si se pierde visión (de un ojo o de los dos), aunque sea de manera temporal, hay que acudir a Urgencias lo antes posible.
  3. Problemas de oído, olfato, gusto. El ictus también puede provocar que otros sentidos como el olfato, el gusto o el oído queden temporalmente afectados. En el caso del tacto, puede sentirse un cierto hormigueo.
  4. De pronto, falla la memoria. Una pérdida repentina de memoria también debe ponerte en guardia. Este tipo de amnesia no tiene nada que ver con las pérdidas de memoria que se producen con la edad, sino que generalmente irá acompañada de una sensación general de gran confusión mental.
  5. Dificultad para hablar. Si de forma repentina la persona afectada no puede hablar o lo hace usando palabras equivocadas o no se entiende nada de lo que dice, puede ser una señal de infarto cerebral. También puede ser que no comprenda lo que se le dice.
  6. Problemas de coordinación. Cuando se produce el infarto, se da una dificultad para coordinar movimientos. Así, por ejemplo, cuesta mantenerse erguido, se pierde el equilibrio con facilidad y se tiene una sensación de mareo, vértigo o problemas para andar. De hecho, una de las posibles causas de los mareos al levantarse es el ictus.
  7. Pérdida de conciencia temporal. A veces, el ictus puede acompañarse de una lipotimia, pero sin el resto de síntomas descritos sería difícil relacionar el desmayo con el infarto cerebral.
  8. Un dolor súbito de cabeza. Al no recibir sangre ni oxígeno, el cerebro puede quejarse con la aparición de una cefalea muy intensa sin ninguna causa aparente. Hay que pedir ayuda si el dolor es muy intenso, se tiene dificultad para mover una parte del cuerpo, náuseas, vómitos o somnolencia.

¿Dudas de los síntomas? Haz esta prueba para saber si es ictus

Si todavía tienes dudas, con estas cuatro sencillas comprobaciones podrás saber rápidamente si los síntomas que presenta una persona son realmente de un ictus.

  1. Que suba los brazos. Pídele que extienda los brazos al frente. Debes sospechar especialmente si no puede levantar uno de los brazos o si uno queda más bajo que el otro. Si uno de los brazos cae desplomado, es un síntoma muy claro.
  2. Hazle sonreír. Una sonrisa asimétrica es síntoma de ictus. Si al pedirle que sonría no puede mover el labio o solo eleva un lado de la boca, también es indicativo.
  3. Dile que repita una frase. Elige una frase muy sencilla y coherente. Por ejemplo, “Hoy hace buen día”. Si le cuesta repetirla es hora de actuar.
  4. Pregúntale dónde está. Pregúntale algo tan fácil como si sabe dónde está o en qué año. Si no puede responder también podría tratarse de un accidente cerebrovascular.

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Dra. Blanca Rodríguez-Ayala

Activar el código ictus

Si todo lo que te hemos contado te hace sospechar de que se trata de un ictus, aunque todavía te quede alguna duda, no esperes y da la alarma. Siempre es mejor hacer la llamada y que luego los médicos descarten la embolia, que no hacerla y tener que lamentarlo después.

Cómo activar el Código Ictus. Llama inmediatamente a Urgencias (el número de teléfono es el 112) y describe los síntomas. Si el profesional sanitario con el que hablas considera que hay riesgo de accidente cerebrovascular activará el Código Ictus, un sistema de alerta interno que permite avisar en el acto al hospital de lo que está pasando. Así el enfermo podrá ser trasladado a una unidad especializada en ictus y el neurólogo lo atenderá en un tiempo récord, lo que es clave para su supervivencia.

Al hospital no se va, te llevan

Es fundamental que cuando se noten los primeros síntomas, como paralización de un lado de la cara, debilidad en una parte del cuerpo o problemas de habla, se llame sin perder tiempo al 112 y se describan los síntomas. De esta manera se activará el ‘Código Ictus’ y un equipo sanitario trasladará al enfermo a una unidad especializada en ictus en un tiempo récord, lo que es clave para la supervivencia. Este procedimiento es mucho más efectivo que acudir a urgencias por nuestro propio pie.

La rapidez lo es todo. Si el ictus no se coge a tiempo puede ser fatal o provocar daños que dejen secuelas graves, como parálisis, trastornos en el habla, déficits cognitivos... Pero si se actúa rápido se pueden evitar por completo o en gran medida. En los últimos 10 años el pronóstico del ictus ha cambiado y se ha convertido en una enfermedad tratable. Pero insistimos, para ello hacen falta una actuación rápida y atención especializada, y la activación a tiempo del Código Ictus es la mejor manera de conseguirlo. Piensa que según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), un tratamiento precoz podría salvar las vidas de más de 6.000 personas al año. Y para darte una idea de la importancia de actuar con celeridad, mira lo que pasa dependiendo de lo rápido que se llegue al hospital:

  • Si llegas al hospital antes de 4 horas. Es posible que no queden secuelas, aunque dependerá de la intensidad del ataque, la zona afectada en el cerebro y el tipo de ictus.
  • Si llegas pasadas 4 horas. El daño cerebral puede ser grave y complicado de resolver con fármacos. Pero queda la opción de introducir un catéter por la arteria femoral derecha (en la ingle) y hacerlo llegar hasta el cerebro para deshacer el trombo.
  • Más allá de las 8 horas. El tratamiento para desatascar el cerebro desde la ingle solo se puede aplicar hasta 8 horas después de que empiecen los síntomas. A partir de entonces el daño cerebral es probable que sea irreversible.

Qué hacer mientras llega la ambulancia

  • Acomoda al enfermo. Mientras llega ayuda aflójale la ropa al enfermo y deja espacio a su alrededor para que respire bien. Procura que esté tumbado y cómodo, ya sea en la cama, en un sofá o –si no hay más remedio– en el suelo, para evitar que sufra caídas. Lo mejor es que se acueste de lado, con la cabeza ligeramente levantada sobre una almohada para evitar un ahogamiento si hay vómitos. Si no hay nadie que pueda estar con el enfermo mientras otra persona llama a Urgencias lo mejor es que primero lo acomodes y luego llames al 112.
  • No le des líquidos ni alimentos. Para evitar que la persona que está sufriendo un ictus pueda atragantarse o tener problemas para respirar no le des de comer ni de beber.

¿Qué pasará en el hospital?

Una vez en Urgencias, se pone en marcha todo un protocolo médico para tratar al enfermo, que suele consistir en lo siguiente:

  • Comprobación inicial. Cuando el enfermo llega al hospital se le hace una exploración rápida y si se confirma la sospecha de que es un ictus se le realizará un TAC cerebral. Esta prueba de imagen es la que confirmará si se ha producido daño en alguna zona del cerebro.

Si las pruebas dan positivo, se procede a tratar el ictus de forma rápida para evitar posibles secuelas.

Tipos de ictus y su tratamiento

El ictus puede ser isquémico o hemorrágico. Según ello, recibirá un tratamiento u otro.

  • Si es isquémico, es decir, si se ha producido por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro, lo más urgente es recuperar cuanto antes el flujo sanguíneo en la zona afectada. Para tratarlo se suelen administrar fármacos para disolver el coágulo o utilizar otras técnicas que permiten abrir más la vena o arteria y recuperar el riego sanguíneo.
  • El ictus hemorrágico se origina por la rotura de un vaso cerebral, puede requerirse una intervención quirúrgica urgente para reparar la arteria dañada y contener la hemorragia. Son menos frecuentes, pero su mortalidad es considerablemente mayor.

Tras el alta. Se suele administrar un tratamiento farmacológico con antiagregantes plaquetarios, antihipertensivos y con estatinas, para evitar otra crisis. Además, si hay secuelas, el paciente puede necesitar hacer rehabilitación para recuperarse.

Cuáles son las secuelas de un ictus

El ictus isquémico, que es el más habitual ya que representa el 85% de los casos, es la tercera causa de mortalidad en España. Además, entre los supervivientes, un 48% tiene algún tipo de secuela: problemas de movilidad, de lenguaje, deterioro cognitivo, etc.

El ictus hemorrágico es menos frecuente pero tiene mejor pronóstico, ya que suele provocar menos secuelas, según el Grupo de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.

Cuáles son las causas de un ictus isquémico

  1. Arteriosclerosis. Cuando las grasas que circulan por la sangre se depositan en el interior de las arterias, se reduce el diámetro interno de las mismas, lo que dificulta la circulación de la sangre. Si, además, esa placa acumula plaquetas, puede dar lugar a un trombo que obstruye la circulación sanguínea y deja sin oxígeno a órganos vitales. El ictus cerebral se deben a que el trombo detiene el aporte de sangre a una arteria del cerebro.
  2. Fibrilación auricular. Esta arritmia es la responsable alrededor del 35% de todos los ictus.
  3. Alteraciones en el corazón. La dilatación de las cavidades cardiacas o de las válvulas pueden ocasionar coágulos de sangre (trombos) en el interior del corazón que viajen luego hasta el cerebro.
  4. Traumatismos. Un golpe puede producir la rotura de la pared de una arteria, generar coágulos que pueden viajar hasta el cerebro y provocar el ictus. La rotura puede ser espontánea, pero lo más habitual es que sea como consecuencia de un traumatismo
  5. Trombosis venosa cerebral. Aunque la mayoría de ictus se deben a la oclusión de una arteria, también pueden producirse por el de una vena.

Cuáles son las causas de un ictus hemorrágico

  1. Hipertensión. La presión arterial alta puede estar en el origen de una hemorragia cerebral.
  2. Angiopatía amiloide cerebral. Cuando la proteína beta-amiloide se acumula en las arterias cerebrales no solo puede dar lugar a enfermedades degenerativas como el alzhéimer, sino tamibén provocar hemorragias cerebrales.
  3. Rotura de vasos sanguíneos anormales. Es otra causa del ictus hemorrágico.

Factores de riesgo

  • Edad. La incidencia del ictus es mayor a partir de los 55 años, pero… Los casos por debajo de los 55 años que hace unos años eran la excepción y sólo se daban en relación con enfermedades congénitas han aumentado los casos en la franja de 35 a 55 años debido a la obesidad, el tabaco, el colesterol alto, el sedentarismo, el estrés o la hipertensión. La edad explica también que las mujeres suframos más ictus, ya que vivimos más años que los hombres de media.Como explica el Dr. Gállego “la edad es el principal factor de riesgo no modificable de ictus por lo que se espera un aumento de la incidencia y prevalencia de esta enfermedad en los próximos años y, especialmente en España que tendrá, según la OMS, la población más envejecida de Europa en 2040”.
  • Ser mujer. El ictus es la primera causa de muerte en mujeres, por delante del cáncer de mama, y es más frecuente tras la menopausia, cuando estamos menos protegidas por la acción de las hormonas femeninas. Esto es así entre otras cosas porque nosotras sufrimos más hipertensión, uno de los principales factores de riesgo de ictus. También tenemos más fibrilación auricular, un tipo de arritmia que multiplica por 5 el riesgo de infarto cerebral. Además tras la menopausia bajan los niveles de hormonas femeninas que protegen del ictus.
  • Tomar anticonceptivos orales. Tomar anticonceptivos orales puede elevar ligeramente el riesgo de sufrir un ictus. Pero si los anticonceptivos se asocian al tabaquismo, entonces el riesgo se dispara y más en mujeres de más de 35 años.
  • Tener antecedentes familiares de ictus. Si tienes familiares que con ictus o enfermedades cerebrovasculares tienes más riesgo de padecer un ictus. Si el familiar es el padre, el riesgo de sufrir un ictus se multiplica por 2,4. Y si es la madre, 1,4.
  • Fumar. El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo de ictus. ¿Por qué? Pues porque el tabaco hace que se acumulen sustancias grasas en la carótida, con lo que se dificulta la llegada de sangre al cerebro. Además, la nicotina provoca hipertensión. El monóxido de carbono del cigarrillo disminuye la cantidad de oxígeno que llega al cerebro. También, el humo del tabaco espesa la sangre y hace que se coagule con mayor facilidad. Además, debilita las paredes de los vasos sanguíneos del cerebro y hay más riesgo de que se rompan. La buena noticia es que después de 5 años de dejarlo, el riesgo de un exfumador es el mismo que el de un no fumador.
  • Sufrir migraña. Las personas con migraña y especialmente si son con aura tienen un riesgo de ictus mayor. Y si son mujeres que además de sufrir migrañas toman anticonceptivos, el riesgo todavía es mayor. Si dudas sobre qué dolor de cabeza tienes y qué tomar para tomarlo, no te pierdas este artículo.
  • ¿Roncas? Si además de roncar dejas de respirar durante unos segundos, es decir, sufres apnea del sueño, tu riesgo de sufrir un ictus isquémico se multiplica en un 2,5%. Muchas veces el tratamiento consiste en perder peso, aunque otras veces es necesario incluso llegar a la operación. Aquí te contamos cómo evitar los ronquidos.
  • Sedentarismo. El corazón necesita el ejercicio para estar sano. El deporte ayuda a prevenir la arteriosclerosis, a mantener el peso a raya (la obesidad es otro factor de riesgo), a mejorar las cifras de la presión arterial, etc.
  • Obesidad. Los kilos de más también predisponen a sufrir un ictus. Según un estudio del Hospital del Mar de Barcelona publicado en el European Journal of Neurology, la obesidad abdominal aumenta el riesgo de ictus, sobre todo en mujeres. Si tienes problemas de peso y quieres saber cuál es la mejor dieta para ti no te pierdas nuestro test.
  • Diabetes. Cuando el azúcar en sangre es elevado, se dañan los vasos sanguíneos del cerebro (y de todo el cuerpo). Además, si cuando se sufre el ictus se tienen los niveles de glucosa altos, el daño suele ser más grave.
  • Tensión alta. Puede estar tanto detrás de un ictus isquémico como de uno hemorrágico. En el primer caso porque está relacionado con la arteriosclerosis y esto hace que un trombo pueda desencadenar el ictus. Por otra parte, la hipertensión también afecta a los vasos sanguíneos, pudiendo ser la causa de la hemorragia cerebral.
  • Colesterol alto. El colesterol se queda pegado a las paredes interiores de los vasos sanguíneos (arteriosclerosis) y esto hace que haya un mayor riesgo que un trombo provoque el ictus.

Qué hacer para intentar prevenir un ictus

Tu estilo de vida influye mucho en el riesgo de que se de un Ictus. De hecho, se calcula que hasta un 80% de los casos se podrían prevenir con solo hacer unos pequeños cambios en tus hábitos.

  • Tomar cereales de grano entero. Los cereales y productos derivados suelen ser refinados, un proceso industrial que elimina gran parte de la fibra, vitaminas y minerales. Se ha demostrado que comer productos de granos entero está asociado a menos riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en las mujeres.
  • Incluir vegetales. Tomar 5 raciones de fruta y verdura protege las arterias de su deterioro gracias a los antioxidantes que contienen, con lo que se previenen los accidentes cerebrovasculares. Las verduras crucíferas (brécol, coliflor, col, nabo y berro, entre otros), las de hoja verde y las frutas cítricas son los que parecen ser más beneficiosas.
  • Hacer ejercicio. El ejercicio previene la arteriosclerosis y acelera la recuperación tras sufrir un accidente cerebrovascular. Andando más de 2 horas semanales reducirás cerca del 40% tu riesgo, lo dice un reciente estudio americano.
  • Tomar café y té. Beber 1 taza de café al día y 2 de té verde reduce en un 32% el riesgo de hemorragia cerebral porque ayuda a evitar la formación de coágulos.
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Hábitos que aumentan el riesgo de sufrir un ictus

  • Pasarse con la sal. Tener la tensión alta puede incrementar hasta 5 veces el riesgo a padecer un ictus. Si se controlara este factor, las muertes por ictus se podrían reducir hasta casi la mitad. Toma alimentos bajos en sodio y limita al máximo el uso de sal en la cocina.
  • Demasiados dulces. En términos de ataque cerebral, tener diabetes es el equivalente a envejecer 15 años. Para prevenirla intenta mantenerte cerca de tu peso ideal y procura limitar los azúcares refinados (dulces).
  • Muchas grasas. El colesterol malo dispara el riesgo de ictus. Limita los alimentos que aportan colesterol malo como carnes rojas o lácteos enteros y aumenta el de pescado azul, semillas de lino o aceite de oliva, que elevan el bueno.
  • El alcohol. Limitar el alcohol aleja el riesgo de ictus. El alcohol, así como el tabaco, provoca hipertensión y alteraciones en la coagulación de la sangre.
  • Fumar. El tabaco favorece la acumulación de sustancias grasas en la carótida, con lo que dificulta la llegada de sangre al cerebro. Además, la nicotina aumenta la presión arterial, el monóxido de carbono del cigarrillo reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro y el humo del tabaco espesa la sangre y la hace más propensa a la coagulación. No hacen falta más motivos para dejarlo.

Con el asesoramiento de:

Doctor Jaime Gállego Culleré. Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN.