¿Desbordada?

Qué es la resiliencia y cómo puede ayudarte a salir adelante

Todos pasamos por momentos difíciles, pero no todos reaccionamos igual. Aprende a sobreponerte a las adversidades desarrollando tu capacidad de resiliencia.

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Ale Samaniego

Creadora de contenido, experta en comunicación.

Actualizado a

En un mundo que avanza tan rápido, con tantos estímulos y tantas opciones, en constante búsqueda del éxito y de la felicidad, en ocasiones podemos vernos superados por las circunstancias y encontrarnos sin saber qué hacer o cómo actuar frente a determinados hechos.

En los momentos de crisis tenemos dos opciones: tirar la toalla y rendirnos ante el fracaso o superar esos momentos difíciles sobreponiéndonos y salir de dicha situación más fuertes y seguros de nosotros mismos poniendo en práctica nuestra capacidad de resiliencia.


Qué es la resiliencia

Si buscas resiliencia en la RAE (Real Academia de la Lengua Española) encontrarás una definición sencilla:

La resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

¿Pero cuál es el verdadero significado de la resiliencia? La resiliencia es una capacidad humana que todos tenemos para salir adelante después de haber sufrido situaciones de estrés, de riesgo, traumas... o cualquier golpe duro en nuestra vida. Gracias a esta capacidad podemos asumir con flexibilidad lo que nos ocurra y salir reforzados de las situaciones más extremas. Desarrollando nuestra capacidad de resiliencia aprendemos a superarnos, a disfrutar de las pequeñas cosas, a recuperar la ilusión y, en definitiva, a creer en nosotros mismos.

La resiliencia es una capacidad ancestral del ser humano. No habríamos podido llegar a donde estamos sin ella.


Ejemplos de resiliencia

La resiliencia es una capacidad que todos llevamos dentro y que despierta ante las situaciones más adversas. Las personas resilientes no nacen, se hacen. Nadie que no sepa lo que es fracaso primero sabe lo que es ser una persona resiliente. Es precisamente, cuando todo se ve más negro cuando las personas desarrollamos esa capacidad de dar lo mejor de nosotros mismos y enfrentarnos a los diferentes retos que se nos presentan con una actitud de superación:

  • Resiliencia ante una enfermedad. La persona resiliente se caracteriza por afrontar su situación con sentido del humor, la risa se convierte en una gran aliada para buscar una solución desde el optimismo y, en cualquier caso, centrarse en los aspectos positivos que de cada momento.
  • Resiliencia ante una ruptura de pareja. La persona resiliente sabe que no puede controlar las situaciones pero sí su actitud ante ellas. Dado que no puede cambiar su situación, se centra en elegir sus emociones apostando por las que le ayuden a superar el proceso y a empezar una nueva vida libre de culpas, rencores o malestares.
  • Resiliencia ante la muerte de un ser querido. La persona resiliente sabe rodearse de personas con una actitud positiva ante la vida y en los momentos más difíciles sabe pedir ayuda para sentirse consolado, contenido y comenzar a mirar hacia adelante.
  • Resiliencia ante un fracaso laboral. La persona resiliente es flexible ante los cambios y sabe que, a veces, hay que adaptar nuestros planes y nuestras metas a las circunstancias. Un fracaso en lo laboral puede ser una buena oportunidad para valorar otras alternativas y superarse en dicho terreno.
  • Resiliencia ante problemas económicos. La persona resiliente confía en sus capacidades y en todo lo que puede llegar a hacer. Esto le ayuda a no perder de vista sus metas y a trabajar a conciencia por ellas para mejorar su situación actual.
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Características de las personas resilientes

Si te parece que ser resiliente es imposible no te desanimes tan pronto, ya que la resiliencia es algo que todo el mundo puede ir desarrollando a lo largo de su vida siempre y cuando se sea capaz de cambiar algunos de nuestros hábitos y creencias.

Las personas resilientes se descubren cuando están al borde del abismo y tienen que desplegar sus mejores recursos para salir a flote ante las dificultades de la vida. Las personas que practican la resiliencia se suelen caracterizar por su:

  • Entereza. La persona resiliente se levanta con fuerza e ilusión ante los altibajos personales y profesionales y es capaz de superarlos con éxito.
  • Optimismo. La persona resiliente piensa siempre que le es posible con optimismo y gestiona sus fracasos positivamente, lo que le empuja a actuar a pesar de los errores y a aprender de los mismos cuando las cosas no salen bien.
  • Valentía. La persona resiliente se enfrenta a la adversidad en lugar de huir de sus problemas. Sabe gestionar sus fracasos, intenta aprender de ellos y siempre busca soluciones.
  • Proactividad. La persona resiliente busca soluciones en lugar de sentirse víctima de su suerte. Pone los medios para hacer que las cosas pasen.
  • Persistencia. La persona resiliente persigue sus retos hasta que los consigue, no tiene miedo a salir de su zona de confort y lucha por alcanzar sus metas como si se tratara de un reto.
  • Pasión. La persona resiliente siente verdadera pasión por la vida (su profesión, su propósito, su pareja...) por ello está dispuesta a lo que sea para superar los malos momentos.
  • Alta autoestima. La persona resiliente se valora a sí misma, lo que favorece el orgullo, la confianza y la perserverancia para salir adelante.
  • Entorno social y afectivo sano. No es una característica personal, pero tener un entorno que nos apoye en los momentos difíciles es clave para superarlos.

Claves prácticas para aprender a ser más resiliente

  • Aprende a tener una visión más positiva de ti y de la vida. Tú puedes elegir tus pensamientos y usarlos para moldear tus creencias y tus respuestas y reacciones adversas.
  • Gana en determinación poniéndote objetivos. Elige cada semana un pequeño reto específico que sea medible y que creas que puedes alcanzar.
  • Cultiva tus relaciones. Recuerda a las personas que quieres que estás ahí, ofreciendo tu ayuda cuando la necesitan y pidiéndola si estas en un momento difícil.
  • Entrena tu agilidad mental y física. Un cuerpo sano ayuda a mantener la resiliencia mental, cuida tu alimentación y haz ejercicio.
  • Gana confianza y mejora tu autoestima. Despierta cada mañana repitiéndote que eres muy valiosa y no te dejes frustrar por las personas que te presionan o te estresan.

Entrena tu resiliencia y podrás vivir con serenidad y fuerza.


Libros sobre la resiliencia

Si quieres leer más sobre el tema te recomendamos tres libros por los que puedes empezar:

  • Estrena optimismo. Dinámicas para fortalecer tus emociones, de Patricia Ramírez.
  • Kintsugi. El arte de la resiliencia, de Céline Santini
  • Resiliencia. Guía práctica para reemprender el vuelo en las organizaciones, de Diana Clarke.

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Foto de A L L E F . V I N I C I U S Δ vía Unsplash