Tu pelo te manda señales para avisarte de que algo va mal. Hazle caso porque estos problemas solo se resuelven definitivamente si nos centramos en cuál es su origen y cambiamos algunos hábitos básicos. Te damos las mejores soluciones para acabar con algo tan común como la caída de cabello, el pelo encrespado, las puntas abiertas, la descamación, el exceso de grasa o un color apagado.
1. Frenar las entradas
Lo más probable es que la falta de pelo en la zona de la frente se deba a una alopecia por tracción, que es la pérdida de pelo provocada por recogidos que arrancan el cabello y hacen que “clareen” las entradas. La solución es evitar los recogidos que queden muy tirantes y usar una loción regeneradora cada noche durante al menos 3 meses para estimular la formación de cabellos nuevos en esta zona. En estos casos, la constancia es muy importante para obtener buenos resultados.
2. Acabar con las puntas abiertas
Si notas que tu pelo es cada vez más frágil, es muy probable que se deba a cepillados agresivos o al mal uso de algunos utensilios. Usa peines con las púas anchas y el secador a una temperatura media si no puedes secarte el cabello al aire, que es la opción más saludable para tu pelo.
3. Controlar la caída de pelo
¿Tu pelo es cada vez más fino y escaso? La caída difusa del cabello, acompañada de pelo fino y reseco, puede deberse a dietas muy restrictivas, cambios hormonales en la menopausia, tabaquismo, estrés, diabetes, trastornos tiroideos, etc. Si necesitas perder peso, sigue una dieta equilibrada bajo supervisión de una nutricionista, quien te dirá si es necesario que tomes complejos de vitaminas y minerales. Y en el caso de que la pérdida de cabello se deba a un proceso hormonal, como la menopausia, aplica a diario una loción de minoxidilo y toma un nutricosmético durante 3 meses. También son muy recomendables las gamas capilares de champú y acondicionador, que aportan volumen.
4. Evitar el exceso de grasa
El pelo se ensucia enseguida y el cuero cabelludo produce un exceso de sebo. ¿Por qué? En la mayoría de casos se debe a trastornos hormonales, estrés o por consumir muchos hidratos de carbono. Para mantener a raya la grasa, lo mejor es lavar el pelo con agua tibia o fría y casi sin frotar (el agua caliente y los masajes muy enérgicos del cuero cabelludo activan la formación de grasa). Sobre todo, es muy importante usar un champú específico para cabellos grasos, que ayuda a purificar las raíces. Y a la hora de usar el acondicionador, recuerda aplicarlo solo de medios a puntas.
5. Devolverle el brillo al pelo
Si está áspero, mate y apagado es porque necesita un extra de nutrición. Posiblemente lo hayas sometido a un exceso de lavados o haya sufrido los estragos del sol, la piscina, la contaminación... En este caso, tus basicos de belleza son acondicionadores y mascarillas con ceras, aceites y mantecas (jojoba, argán, karité), que restituyen los lípidos o ácidos grasos que se pierden y nutren la fibra capilar. Apúntate a un buen baño de nutrición cada 15 días: aplica un aceite capilar en el cuero cabelludo y el cabello y déjalo actuar toda la noche.
6. Conservar el color
Los enemigos del color son los sprays de fijación, las colonias, los continuos lavados con champús no específicos y el abuso de planchas o secador. Para conservarlo más tiempo como recién teñido, usa gamas capilares protectoras del color (champú, acondicionador, mascarilla) y no te olvides del uso de sprays térmicos antes de pasar las planchas.
7. Vencer al encrespamiento
El pelo se encrespa al estar seco y absorber la humedad del ambiente, por lo que es muy importante que esté siempre muy bien hidratado. También conviene evitar los cortes a capas, desfilados y decoloraciones, ya que acentúan el encrespado al dañar la capa externa del cabello. En casa, al usar el secador y las planchas, aplica un protector térmico y seca dirigiendo el aire caliente hacia abajo. Si lo orientas hacia las raíces, el pelo tiende a electrizarse. Un remedio infalible después de peinarte: aplicar dos gotas de sérum en las manos, frotarlas y pasarlas a lo largo del pelo. Descubre 10 soluciones para el pelo encrespado.
8. ¿Zonas con calvas?
Tu problema se llama alopecia areata y convendría que visitaras a un dermatólogo. Se trata de una enfermedad autoinmune en la que tu propio cuerpo ataca por error a los folículos pilosos. Puede tratarse de un problema hereditario, pero también puede aparecer (o empeorar) si atraviesas un mal momento o recibes repentinamente un gran disgusto. Por lo tanto, es clave mantener a raya la ansiedad y el estrés. Es fundamental para que la caída se detenga y el cabello vuelva a nacer. Las lociones que activan el crecimiento del cabello te pueden ayudar, aunque en ocasiones las placas se cubren por sí mismas.
9. Fuera picor y caspa de la cabeza
El origen puede estar en un problema de eccema seborreico, psoriasis o, sencillamente, por tener el cuero cabelludo sensible. El dermatólogo te ayudará a determinar la causa. En cualquier caso, cuando aparece el picor, el problema es que al rascar se propaga el Malassezia furfur, un microorganismo que es el que causa la caspa. Lo más recomendable es usar dos veces por semana un champú anticaspa (preferentemente de farmacia, que está más concentrado en activos), dejándolo reposar unos minutos para que actúe bien.
10. ¿Y si en lugar de caspa es descamación?
La descamación es frecuente en el cuero cabelludo sensible. En este caso aparece por la deshidratación de la piel y las escamas son de mayor tamaño y más finas que las de la caspa común. Puede deberse a un teñido agresivo, a lavados frecuentes, al uso de lociones con alcohol o al abuso del secador. Si es tu caso, usa líneas capilares específicas para cuero cabelludo sensible (champú, acondicionador, mascarilla). Recuperarás la hidratación y desaparecerá la descamación.